Turismo sostenible, más importante que nunca
El turismo tiene efectos muy positivos para los destinos, como el desarrollo económico y la generación de empleo, pero también pone en peligro valiosos recursos culturales y naturales y genera disfunciones en la calidad de vida de las comunidades locales.
Hasta finales del 2019 los flujos turísticos no paraban de crecer y muchos destinos (tanto urbanos, naturales y de sol y playa) tenían problemas de masificación turística.
Pero llegó la pandemia causada por el Covid-19 y todo cambió de la noche a la mañana, paralizando el turismo a nivel mundial.
Ahora que se ha vuelto a reactivar el turismo, es el momento perfecto para replantearnos como debe ser el desarrollo turístico de un destino y no caer de nuevo en los errores del pasado.
Hay que saber gestionar los flujos turísticos de una manera mucho más responsable y eficaz.
La clave es la Sostenibilidad
La clave está en saber cómo compatibilizar el crecimiento turístico con el respeto a las personas, el patrimonio y el medio ambiente local.
La sostenibilidad del modelo hace necesaria la participación, tanto de organismos públicos, como de empresasprivadas, ciudadanos locales y turistas.
La industria turística tiene que ser capaz de implementar una política de sostenibilidad que tenga en cuenta los tres ámbitos en los que el turismo tiene impacto en los destinos: económicos, socioculturales y medioambientales.
Los retos para ser destinos sostenibles
Gestión del crecimiento turístico
Los destinos tienen que dimensionar bien el desarrollo de su sector turístico, para que no ponga en peligro aquellos recursos (naturales, históricos y culturales) que son importantes reclamos para los turistas.
Para ello, tienen que desarrollar una planificación estratégica a largo plazo, que defina la gobernanza del destino, involucre a los diferentes stakeholders implicados y haga participar a la población local en la definición de un modelo turístico más sostenible.
Cambio climático
Hay que recordar que el turismo contribuye de forma importante al al cambio climático. Se estima que la industria turística contribuye al 5% de todas las emisiones de CO2 del mundo. Dentro del turismo, el transporterepresenta el 90% de todas las emisiones del sector turístico.
Los destinos tienen que fomentar el uso de transportes alternativos (menos contaminantes) y tener políticas activas para la reducir la huella de carbono que genera la cadena de valor del sector turístico.
Para ello, deben impulsar el uso de energías renovables, fomentar la eficiencia energética e incentivar la correcta gestión de residuos en hoteles, restaurantes, agencias y otros proveedores turísticos.
Reducción de la pobreza
El turismo se puede volver una herramienta para reducir la pobreza. Pero para lograrlo, los destinos tienen que asegurar que los beneficios del sector turístico se distribuyen de forma equitativa entre la población local y que los trabajadores del sector turístico tienen unas condiciones de trabajo dignas y justas.
Apoyo a la conservación
Los destinos turísticos deben tener una estrategia que les permita conservar y mantener adecuadamente sus recursos naturales y su biodiversidad, que son grandes reclamos para atraer a turistas internacionales (y por lo tanto, un importante activo económico que hay que cuidar).
Para ello, tienen que tener políticas activas de conservación y definir la capacidad de carga de los recursos naturales. Esto es el número de personas que pueden visitarlos sin poner en peligro el medio natural y su biodiversidad (manteniéndolos intactos para futuras generaciones). Para lograrlo muchos recursos naturales están limitando el número de personas que pueden visitarlos cada día.
En este proceso es fundamental la labor de concienciación y sensibilización sobre la necesidad de cuidar los recursos naturales y conservar la biodiversidad, tanto a operadores turísticos, a la población local y a los propios turistas.
El informe Living Planet Report, publicado por WWF (World Widlife Fund), alerta de la gravísima pérdida de biodiversidad en todo el planeta. En poco más de 30 años la tierra ha perdido el 60% de los mamíferos, pájaros, peces, reptiles y anfibios, principalmente a causa de la actividad humana. América Latina es la región que más sufre esta pérdida de biodiversidad. Podéis leer más sobre este informe en el siguiente enlace:
https://www.aprendedeturismo.org/la-alarmante-destruccion-de-la-biodiversidad-mundial/
Desarrollo turístico que genere impacto positivo
Es fundamental lograr que el turismo sea un catalizador de cambios positivos en las sociedades donde se desarrolla. El turismo tiene que trabajar por:
- Un crecimiento económico sostenible e inclusivo
- Fomentar la inclusión social, el empleo digno y la reducción de la pobreza
- Gestionar de forma eficaz los recursos, la protección medioambiental y la prevención del cambio climático
- Preservar los valores culturales, la diversidad y el patrimonio
Por otro lado, la planificación turística tiene que ir un paso más allá de la sostenibilidad. Es la hora de trabajar por un turismo regenerativo que ayude a mejorar las condiciones medioambientales del destino. Por ejemplo, aportando en la restauración de los ecosistemas degradados y destruidos por efectos del propio turismo.
Gobernanza – Para gestionar un destino de forma sostenible hay que consultar y tratar de entender los intereses de los diferentes stakeholders relacionados con el turismo en tu destino: instituciones, asociaciones sectoriales, operadores turísticos, empresas tecnológicas, ciudadanos, turistas, visitantes y otros sectores de actividad.
Marketing y comunicación
Foco en la autenticidad – Los destinos deben centrar su comunicación en aquellos elementos diferenciadores del destino, basados en su identidad cultural, su autenticidad y su diversidad natural. Estos son los elementos que pueden atraer a los turistas más responsables.
Segmentación – Los DMOs tienen que tener una mayor segmentación cuando desarrollan marketing, elaborando mensajes promocionales adaptados a los gustos y necesidades de los diferentes perfiles de turistas que queremos captar. Tenemos que enfocar nuestra promoción en aquellos turistas responsables que van a apreciar y respetar nuestros recursos naturales y culturales.
Sellos de sostenibilidad
Los destinos deben impulsar que tanto el destino como las empresas locales obtengan acreditaciones internacionales que permitan demostrar a los turistas que son sostenibles. Algunas de estas acreditaciones son, Rainforest Alliance, Biosphere, Green Destinations, Earth Check, Travel Life, Green Key o Green Globe.
Big Data
Es imposible gestionar bien lo que no se mide (y por tanto no se conoce bien). Los destinos necesitan conocer mejor el funcionamiento del sector turístico local, los patrones de comportamiento de los turistas que nos visitan y el impacto que el turismo tiene sobre el territorio. Es lo que se llama el Big Data.
Es necesario analizar cómo evoluciona el turismo, su efecto sobre la calidad de vida de las comunidades anfitrionas y cómo estas perciben el crecimiento turístico. Estos son algunos datos que tenemos que medir para saber si el impacto del turismo es negativo:
- Aumento o disminución de la población local en una determinada zona del destino
- Número de hoteles y viviendas turísticas disponibles
- Precios de la vivienda por metro cuadrado
- Número de pernoctaciones por habitante
- Sentimiento de población local hacia el turismo
- Grado de satisfacción de los turistas que visitan la ciudad
- Número de visitas que hay en los principales recursos y atractivos turísticos
- Variación mensual entre pernoctaciones y visitas diarias a los principales recursos y atractivos turísticos
- Análisis de opiniones en sitios de valoraciones (como TripAdvisor) sobre recursos y atractivos con problemas de masificación
Medidas concretas para ser más sostenibles
Sensibilización
El destino tiene que desarrollar campañas de comunicación y concienciación dirigidas a la población local. Estas iniciativas tienen que permitir crear sensibilización sobre la importancia de conservar los recursos naturales.
Pero también tienen que educar a los turistas que les visitan para que sepan la importancia de preservar los recursos naturales y respetar la cultura local.
Los destinos deben dar formación al sector privado, sobre cómo pueden ser más sostenibles.
También hay que desarrollar campañas de concienciación a la población local y a los turistas sobre la necesidad conservar los recursos naturales.
Limitar el acceso y fortalecer la seguridad de recursos culturales y naturales que se puedan ver dañados por el turismo.
Los recursos naturales (como parques nacionales o reservas de la biosfera) tienen que ofrecer a los visitantes más información sobre cómo deben actuar durante la visita para ser más respetuosos con el medio ambiente y las cosas que están prohibidas. Pero también perseguir y multar aquellos comportamientos que pongan en peligro la conservación de dichos recursos.
Reducir la huella de carbono del turismo
Los destinos deben fomentar el uso de medios de transporte sostenibles (como los eléctricos).
Deben impulsar políticas de uso de energías limpias y renovables, además de promover la eficiencia energética en las empresas turísticas.
Tambien tienen que poner en marcha políticas para reducir el uso del plástico en toda la cadena de valor del turismo (hoteles, restaurantes, empresas de tours, transporte, guías, etc.) y fomentar el consumo responsable de productos locales (Kilometro 0), orgánicos y de temporada.
Fomentar actividades sostenibles
Los destinos deben impulsar aquellas actividades turísticas que no tengan impacto medioambiental o con un impacto muy bajo. Deben promover activamente aquellas empresas que mejor desempeño sostenible tengan, lo que impulsará un circulo virtuoso y fomentará que otras empresas avancen en sus políticas de sostenibilidad.
Preservar la identidad cultural local
Los destinos deben preservar y promocionar el patrimonio cultural inmaterial del territorio, como su gastronomía, sus fiestas o las tradiciones ancestrales.
Deben poner en marcha acciones que permitan integrar al turista con el destino y su población local. Es importante fomentar una buena convivencia entre turistas y las comunidades receptoras.
Y por último también deben impulsar iniciativas que permitan aprovechar los ingresos generados por el turismo en mejoras sociales de las comunidades locales y así lograr una redistribución de la riqueza generada por el sector.