Efectos de la digitalización en nuestras vidas
La revolución digital ha cambiado profundamente el mundo en el que vivimos. Ha transformado la forma en la que pensamos, nuestros patrones de comportamiento, la forma en la que nos relacionamos y nuestros hábitos de consumo.
La tecnología está transformando la sociedad de formas que son difíciles de medir y cuantificar. En los últimos 10 años han ocurrido cambios más radicales que en los últimos 100. Y en el último año, se han generado más contenidos que en toda la historia de la humanidad junta. ¡Simplemente increíble!
Y el próximo gran salto será la inteligencia artificial y el internet de las cosas, que tendrán un profundo impacto en nuestras vidas.
La sociedad se está digitalizado a un ritmo frenético. Cada vez hacemos más compras y gestiones a través de internet y principalmente a través de dispositivos móviles. Pero también usamos estos dispositivos para cubrir buena parte de nuestras necesidades de entretenimiento, para nuestras relaciones sociales o para controlar nuestra salud.
Hoy el 67,1% de la población mundial ya tiene un teléfono móvil. Internet ya cuenta con 4.950 millones de usuarios, superando el 62% de toda la población mundial. Impresiona pensar que a principios del 2018 éramos “solo” 3.700 millones de usuarios.
También sorprende que ya haya 4.620 millones de usuarios activos en redes sociales, lo que supone casi el 60% de la población mundial.
Los usuarios pasan de media casi 7 horas usando internet al día (por diferentes motivos). De ese tiempo, casi 2 horas y media, se dedican a las redes sociales.
Estos increíbles datos muestran una forma de vida híbrida, en la que muchos usuarios pasan gran parte del tiempo que están despiertos en el mundo digital.
Habrá que analizar el impacto que puede generar a este estilo de vida cada vez más híbrido, el desarrollo del concepto del metaverso, como el planteado por Facebook, que puede incrementar todavía más el tiempo que pasamos en el mundo online.
Esta mayor digitalización de nuestras vidas tiene potentes efectos sobre nuestros patrones de comportamiento y hábitos de vida.
Aunque sin duda la tecnología tiene muchos efectos positivos en cuanto a la calidad de vida que nos ofrece, también está cambiando ciertos patrones de comportamiento que pueden ser perjudiciales para muchas personas.
En este artículo reflexiono sobre como la tecnología está cambiando nuestros patrones de comportamiento y nuestro estilo de vida.
1.- Dependencia del mundo digital
Muchas personas hacen un uso excesivo de los dispositivos móviles y algunas han demostrado tener dependencia de ellos.

El mundo online ha generado una necesidad constante de comunicar lo que haces a tus amigos y al resto del mundo y de estar enterado de todo lo que pasa con la gente que conoces o sigues.
Hace poco me sorprendía ver una estadística que señalaba que las personas jóvenes se sienten más solas que las personas mayores. ¿Está la tecnología alienando a los individuos y haciéndoles vivir en un mundo virtual, muchas veces irreal?
Lo fundamental es lograr alcanzar un balance sano entre tu identidad y las experiencias que tienes en el mundo real (o físico) y en el mundo digital.
2.- Cada vez tenemos menos atención
El uso intensivo de la tecnología, la vida frenética que llevamos y la multitud de estímulos visuales que recibimos a diario, han hecho que nuestra capacidad de atención haya disminuido drásticamente.
Buena parte de los usuarios necesitan emociones inmediatas y que sean potentes, pero que no perduren en el tiempo, ya que a la vuelta de la esquina tienen la próxima gran emoción que casi hará olvidar la anterior.
El exceso de información y el constate bombardeo audiovisual al que nos vemos sometidos como consumidores (por parte de marcas, instituciones y medios), ha hecho que los usuarios presten menos atención a los contenidos que visualizan (que no supera los 7 segundos).
Dicha atención (cada vez más valorada por las empresas) además se reparte entre diferentes pantallas (la televisión, el móvil, la tablet o la consola de juegos).
El problema es que la multiplicación de canales digitales con contenidos principalmente de entretenimiento, también ha hecho que mucha gente haya dejado la lectura, que es fundamental para el desarrollo intelectual y para construir un carácter crítico en un individuo.
3.- Ya casi no tenemos silencios, ni tiempos de reflexión
El ritmo frenético de vida que llevamos ha influido en que cada vez tengamos menos tiempo para la reflexión y el silencio.
Estamos constantemente conectados a algún dispositivo y recibiendo estímulos visuales, que nos llevan a cierta saturación y a perder parte del equilibrio interno, al no dedicar el tiempo necesario para la desconexión digital y para la reflexión.
4.- Ha cambiado la forma en la que nos relacionamos
El auge de los dispositivos móviles ha facilitando enormemente la comunicación entre personas, pero en muchos casos también ha sustituido otro tipo de comunicaciones más directas y en un entorno físico (no digital), que son fundamentales para las relaciones sociales y el desarrollo personal.
La forma en la que nos relacionamos ha cambiado. La mensajería instantánea, los chats y las redes sociales han facilitado la comunicación con un mayor número de personas, pero que ha sido en detrimento de las interacciones en persona en el mundo real.
La ironía es que mucha gente está mucho más conectada que antes, pero se siente más sola.
Por otro lado, cada vez más personas se conocen a través de medios digitales, lo que ha cambiado radicalmente la forma de buscar pareja o incluso de buscar compañeros para desarrollar ciertas actividades de ocio o entretenimiento.
5.- La información es muy sesgada
Hoy hay disponible mucha más información, de mayor calidad y con acceso inmediato en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Pero Internet también se ha inundado de mucha información falsa (como las fake news) y gran cantidad de contenido homófono, sexista, racista o cargado de odio.
Pensé que el acceso universal a la información nos haría ciudadanos más libres, con capacidad de tomar mejores decisiones. Pero lo que veo es que la mayor parte de los usuarios accede a información sesgada que encaja con su forma de ver la vida. No nos enfrentamos a información que nos rete intelectualmente.
En el fondo, muchas personas buscan contenidos y medios que refuercen sus ideas y planteamientos ideológicos y sociales preestablecidos.
Esto se ve favorecido porque los buscadores de internet y las redes sociales ofrecen a los usuarios contenidos que encajen con sus gustos, forma de pensar o visión del mundo (con datos sacados de su propia actividad en las redes). Esto hace que se vuelva más difícil el pensamiento crítico y poder empatizar, analizando el punto de vista de otros usuarios.
¿Sesgo en la Inteligencia Artificial?
Desde hace años se viene hablando del sesgo en los algoritmos que gestionan los contenidos por parte de grandes empresas como Google, Facebook, Twitter, o Tik Tok (entre otros).
Estas compañías ya están trabajando para eliminar ciertos sesgos en los algoritmos que analizan la relevancia de los contenidos en la red.
Algunos expertos temen que el desarrollo de la inteligencia artificial también incluya sesgos raciales, de género y de otro tipo (por los sesgos que tengan las personas que han creado la inteligencia artificial.).
6.- El mundo digital puede generar ansiedad
Si algo describe al mundo hoy en día es la palabra cambio. Todo está en constante movimiento y parece que las cosas evolucionan de forma cada vez más vertiginosa (en gran parte por avances tecnológicos).
Es difícil estar al día de todos los cambios y esto puede llegar a generar cierta ansiedad a algunas personas.
Muchas personas necesitan estar conectadas en todo momento a sus redes. El la el FOMO (Fear of missing out) es aquella tendencia por la que ciertas personas tienen pánico a estar sin conexión a internet durante días o incluso horas.
Por otro lado, la tecnología va a favorecer la llegada de la cuarta revolución industrial, que pondrá en jaque muchas profesiones del mercado laboral. Muchos de los trabajos tradicionales se verán en peligro por la automatización o la robotización. Aquellos trabajos donde el humano no pueda aportar un valor añadido sobre un robot desaparecerán. Pero, por otra parte, surgirán nuevas profesiones de futuro como controlador aéreo de drones, responsable de recursos robóticos o diseñador de mundos para realidad virtual.
La solución está en la desconexión digital y en la resiliencia, la capacidad de adaptarse a los cambios disruptivos que nos afectan de forma constante.
Pero no es tan fácil decirlo como hacerlo…
7.- Los usuarios estamos saturados de información
Internet ha cambiado radicalmente el mundo de la comunicación. Hoy, la red es una gran biblioteca de contenidos. Cualquier persona, empresa o institución se puede volver un creador de contenido y generar noticias.
El problema es que esto ha permitido que en la red hayan proliferado también informaciones muy sesgadas y poco rigurosas, noticias falsas (las famosas Fake News), fraudes y suplantaciones de identidad. Nadie controla todo lo que se publica y no hay mecanismos muy fiables para evitar la publicación de noticias falsas en medios online poco rigurosos. De ahí la presión que los gobiernos ponen sobre empresas como Google, Facebook o Twitter para que controlen mucho más los contenidos que se publican en sus redes.
En las últimas décadas, han surgido grandes empresas tecnológicas como Google, Apple o Amazon y gigantes de las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram o Tik Tok, que están cambiando la forma de comunicarnos, influyen en la generación de nuevas modas y tendencias y han redefinido la creación y distribución de contenidos en Internet.
Su posición de poder como Gatekeepers (punto de acceso a Internet de muchos usuarios) y algunas más que dudosas decisiones y prácticas empresariales, los han llevado a recibir grandes críticas y estar inmersos en varios procesos de investigación por gobiernos como el de Estados Unidos o la Unión Europea.
Las críticas están principalmente enfocadas al uso que hacen de los datos de sus usuarios, al control que tienen sobre los contenidos inapropiados que se publican en sus plataformas y a la ingeniería fiscal que usan para evitar pagar muchos impuestos en aquellos países donde operan.
Lo más preocupante es que estos gigantes de internet, con la información detallada que tienen de los gustos y motivaciones de los usuarios, pueden influir en la forma de pensar, los patrones de comportamiento o en los hábitos de consumo.
8.- Consumimos compulsivamente contenidos
Otro cambio que ha experimentado la sociedad, es el consumo compulsivo de contenido. Hoy tenemos múltiples canales y consumimos los contenidos que queremos (mucho más visuales y atractivos que hace solo unos años) y cuando queremos.
El ritmo de vida frenético del que hablábamos antes, ha hecho que el consumo de contenidos se haya vuelto algo compulsivo, donde los usuarios dan gran valor a la novedad y a la estética visual.
En los últimos años se ha disparado la demanda de contenidos muy cortos, efímeros y preferiblemente en formatos muy visuales. Entre ellos destaca el video como el formato más demandado. Recordemos que los contenidos en video pronto supondrán el 80% de todos los contenidos en internet.
Muchos usuarios demandan inmediatez. Lo que se publicó la semana pasada ya no es relevante. Pero eso hace que también mucha gente se vuelva más manipulable porque solo consumen los titulares (cuanto más espectaculares mejor) sin dedicar el tiempo a leer en profundidad sobre un tema, desde varios puntos de vista.
Esa necesidad de inmediatez ha hecho surgir el fenómeno de los contenidos efímeros, como son las “stories”, publicaciones en redes sociales (como Instagram o Facebook) que desaparecen al poco tiempo de publicarse.
En mi opinión, es incomprensible cómo en una época en la que la población tiene una formación académica tan alta y donde la información de calidad es tan accesible, nos hemos vuelto una sociedad muy manipulable (tanto como consumidores como votantes).
9.- Perdida de privacidad
La generación de tanto contenido por los propios usuarios ha llevado a una pérdida de privacidad. Las personas cada vez publicamos más cosas de nuestra vida privada en internet. Las redes sociales han favorecido que la gente transmita de forma constante cómo se siente, qué le gusta o qué está haciendo en cada momento.
El problema es que hay personas que se han generado una identidad digital que dista mucho de ser la misma que en el mundo real.
10.- Problemas de identidad
La necesidad de tener atención, de que nuestros contenidos se viralicen y de volverse popular en el mundo online, hace que muchas personas transmitan siempre que están felices, que se lo están pasando fenomenal y que hacen cosas súper interesantes, aunque luego no sea verdad.
Esto influye en que muchas personas (sobre todo las más jóvenes) vivan una doble vida, la física y la digital (que no siempre están alineadas), lo que puede llegar a generar problemas de identidad y de salud mental.
Mucha gente todavía no sabe que cualquier cosa que publica en las redes sociales puede ser usada por los propietarios de esa red y quedan permanentemente grabados en internet, aunque el usuario las borre y no estén visibles para el resto de los usuarios. Es lo que se llama la huella digital.
11.- En la red nos volvemos peores
El ecosistema digital y especialmente las redes sociales, han permitido a muchas personas expresarse sin ningún filtro social como harían en la vida real, lanzando mensajes de odio.
Diversos estudios han descubierto cómo el comportamiento y el carácter de ciertas personas cambia cuando actúan en el mundo digital, ya que sienten cierto grado de anonimato que les hace desinhibirse y pensar que sus actos no tienen consecuencias.
Esto ha impulsado fenómenos como el acoso online, que en muchos casos es mucho más intenso en las redes que en el mundo real.
Por otra parte, la red está llena de “trolls” cuyo único objetivo es generar controversia y crear enfrentamientos, o simplemente molestar, insultar y atacar a otros usuarios.
12.- Somos básicamente datos
El crecimiento del mundo digital ha dado paso a una economía basada en los datos y gobernada por los algoritmos, que son el conjunto de instrucciones, que, realizadas en un orden determinado, conducen a resolver un problema. Ellos han permitido que los datos (el Big Data) se hayan vuelto el petróleo del siglo XXI.
Los datos han generado un nuevo sector de actividad, la denominada Minería de Datos (Data Mining). Se refiere al conjunto de tecnologías y técnicas que permiten analizar grandes cantidades de datos de una forma automática, para encontrar patrones repetitivos, claves que desvelen el comportamiento de los usuarios y futuras tendencias en el comportamiento de los consumidores.
El problema es que esta economía digital también está generando graves problemas de seguridad, con el uso de los datos personales y los patrones de comportamiento de los usuarios, sin su conocimiento o consentimiento.
Por otra parte, un conocimiento tan exhaustivo del individuo, también permite manipularle, crearle nuevas necesidades y seducirle para que compre un determinado producto o servicio, aunque no sea el adecuado para él.
O que vote a un determinado partido político en las próximas elecciones…
Tecnologías que afectarán o modelarán la forma en que vivimos
Por último, os quiero señalar los principales avances tecnológicos que veremos cómo se vuelven cotidianos en los próximos años y que van a tener un importante efecto en nuestra forma de vida:
- Internet de las cosas
- Inteligencia artificial
- Coches autónomos
- Realidad aumentada y virtual
- Sistemas de reconocimiento facial
- Robots y domótica
- Nuevos métodos de identificación y pago biométricos
- Blockchain
- Medicina personalizada
- Drones para trasladar pasajeros
Con esto termina esta reflexión sobre cómo la tecnología puede tener efectos muy negativos en nuestras vidas.
Soy un ferviente creyente de que la tecnología es el vehículo ideal para mejorar nuestra calidad de vida, pero también hay que tener claros los profundos efectos que puede generar en la sociedad y en el comportamiento de las personas.
El objetivo: Tener un buen balance entre nuestra vida en el mundo físico y en el mundo digital y mantener coherencia entre lo que somos en un plano y en el otro.
Si te ha gustado el artículo, por favor, valóralo positivamente aquí abajo:
Etiqueta:cambios sociales, digital detox, sociología, tecnología, tendencias